Cierto es que el fútbol ha pasado a un segundo plano, cierto es que ya no está en el día a día y cierto es también, que la dichosa pandemia nos ha alejado del deporte, nos ha separado del fútbol y nos ha distanciado de nuestro Barça.

Estamos viviendo una situación atípica, algo único, al menos para nuestras generaciones, en la que hay que parar a algo invisible, a algo que hace mucho daño a todo el mundo sin pararse a hacer distintivos. Algo dañino a lo que sólo se vence de una única forma, y no es otra que separarnos de la gente y separarnos de lo que habitualmente nos hace felices y entre esas cosas está el fútbol.

Adiós durante un tiempo a acudir a los estadios, a ver partidos en casa que no sean repetidos, a juntarse con los amigos para verlos en los bares o de escucharlos nerviosos por las emisoras de radio. El único fútbol que oímos y vemos son las disputas entre dirigentes de organismos de cuándo y cómo volverán las competiciones, temas administrativos y rebajas de sueldos para intentar amoldarse a la nueva vida que nos espera cuando de una vez por todas hayamos acabado con este rival tan complicado.

Frenazo en seco de la temporada, cuando esta se disponía a entrar en su punto álgido. Se acabó sufrir por el equipo en Champions, se acabó mirar contra quien era partido de Liga el fin de semana e ir contando las jornadas que restaban para finalizar el campeonato realizando las típicas cábalas de puntos.

Frenazo a las manos salvadoras de Ter Stegen, a las salidas de balón de Gerard, a las carreras interminables de Jordi Alba, a los dos toques que desahogaban al equipo por parte de Busquets, al esfuerzo titánico de Vidal, a las galopadas de De Jong y a la magia, los regates, los goles y la pasión por Leo.

Pero sólo por un tiempo, sólo un alto en el camino, como un descanso eterno de un partido, en el que la primera parte ha sido desastrosa y las ganas por remediarla son infinitas.

Por supuesto que no es lo importante, por supuesto que ahora mismo está en un segundo plano y no hay prisa para retomarlo hasta que todo esté en perfectas condiciones.

Pero por supuesto también, que se echa de menos el deporte, el fútbol y sobre todo, se echa de menos el Barça.

Víctor Diosdado Hernández @victordisloke

Colaborador

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